Arreglando La Galería
«Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo» Fil. 1:6
Durante la cuarentena, mi mamá y yo decidimos hacerle unos arreglos a la casa. Uno de los proyectos fue remover la alfombra de la galería y arreglarle el piso de madera. No estoy acostumbrada a este tipo de trabajo pesado, sin embargo, me siento bendecida de haber tenido esta oportunidad. Cuando empezamos a remover la alfombra y todo el sucio que había debajo, a martillar, lijar y pintar, me di cuenta que así es exactamente como Dios debe sentirse con nosotros. Él tiene una imagen específica de como quiere que nos veamos, pero para que pueda suceder, Él primero necesita trabajar en nosotros.
Cuando Jesús entra a nuestras vidas al principio, es como cuando el dueño entra a su «nueva» casa usada por primera vez. Él esta enamorado de ella, ve todo el desgaste y desgarre con emoción sabiendo qué hará exactamente para arreglarla. Él sabe exactamente como hacerla bella. Jesús nos ve con nuestro quebrantamiento y frustraciones, y está emocionado porque sabe como hacernos bellos y completos otra vez.
Cuando venimos a Jesús, traemos nuestro equipaje de mentiras, decepciones y conceptos erróneos del mundo, ellos se encuentran en el mismo centro de nuestras creencias y fundamento. Jesús nos ama tanto que no está dispuesto a dejarnos en nuestra antigua condición. Aunque duela, él está dispuesto a hacer el trabajo pesado; a martillar, despegar, lijar y pintar en nuestras vidas porque sabe que el proceso va a traer buen fruto: Podremos disfrutar una mejor relación con él y aquellos a nuestro alrededor. Esto se llama el proceso de Santificación.
Como Cristianos, cuando pasamos por situaciones difíciles y nos conformarnos más a Cristo, estamos siendo santificados.
Al pasar por problemas y tribulaciones, nos sentimos como que constantemente están despegando y martillando en nuestras vidas, sin embargo, estas acciones no son para tirarnos al piso, por el contrario, son para hacernos a la imagen de Dios: «Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor». 2 Co. 3:18
Te exhorto hoy a que no resientas tus pruebas y dificultades, si no, que alabes a Dios porque Él está ahí en el medio haciendo algo bello de ti. Recibe tus tribulaciones con gozo, con la certeza que Él esta refinandote como su obra maestra.
Acerca de la autora: Anyeline es la madre de uno, amante de Jesus, y disfruta una buena taza de cafe. Es originalmente de la Republica Dominicana, pero ahora es una orgullosa ciudadana Americana. Si visitan nuestra iglesia, la encontraran enseñando nuestra clase de jovenes adultas o ayudando en el misnisterio de niños. Ella siempre tiene una sonrisa y un saludo calido para amigos y extraños tambien.