¿ Si Confeso Mis Pecados, Me Aceptarán?
«Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.» Sant. 5:16
El otro día estaba comentando a mis amigas acerca del grupo bíblico al que estoy asistiendo, mientras hacía un comentario acerca de lo normal que es en un grupo confesar nuestros pecados, una de ellas respondió: «no sé a cuales vas tú, pero a los que yo he ido no son así», refiriéndose a lo poco usual de confesar nuestros pecados en los grupos bíblicos pequeños.
Este comentario quedó en mi mente. ¿ A qué vamos a los grupos biblicos? La respuesta podría ser a profundizar en Dios y Su Palabra, lo que sucede con esto es que si no somos humildes y confesamos nuestros pecados, éstos son una barrera que nos impide acercarnos al Señor: «Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.» Sal. 32:3
En el verso de hoy, Santiago nos exhorta a que confesemos nuestras ofensas los unos a los otros. ¿Por qué nos da esta exhortación? Hay algo extraordinario que sucede cuando podemos sincerarnos con alguien mas y mostrarle tal cual somos:
Primero, nos hace personas humildes. El reconocer frente a los demás que no tenemos la vida solucionada o que fallamos en ciertas áreas expone nuestras debilidades desarmándonos de todo orgullo.
Segundo, le hace entender a las demás personas que ellos no son los únicos que luchan con pecado. Esto sirve de aliento y bendición en sus vidas.
Tercero, promueve el ideal Cristiano que Dios tiene planeado para nosotros. Imagínate qué puede lograr una comunidad de personas que conozcan sus luchas, se apoyen, y accepten los unos a los otros, entendiendo que NADIE es perfecto y todos necesitamos la Gracia de Dios.
Cuarto, esas personas pueden orar de manera más específica por nosotros.
Al pensar en esto me viene a la mente una unidad militar. Estas personas entrenan juntos para poder vencer al enemigo. Cuando ellos están en entrenamiento son capaces de ver las debilidades y fortalezas de sus compañeros y esto le da una mejor idea de cómo prepararse y cómo pueden ayudarse a mejorar juntos, porque tienen un mismo objetivo. No tendría sentido que uno de ellos quisiera ocultar sus debilidades, los demás no podrían ayudarle y a la misma vez, podría poner a todos en peligro.
Al leer esto sé que pueden pensar que suena muy lindo, pero ustedes no saben en quién confiar; en realidad es bueno ser cautelosos porque tampoco queremos que nuestra vida se convierta en un espectáculo para los demás, algo clave en el texto que Santiago dice es que la oración del justo puede mucho. Creo que lo que nos quiere decir es que debemos tener personas justas y piadosas a nuestro alrededor. Personas que se preocupen genuinamente por nosotros, y si no las tenemos, debemos orar para que Dios las envíe.
A la misma vez, debemos orar para ser esa persona a la cual alguien pueda venir a confesar sus pecados, y nosotros extenderle Gracia y tratar de entenderlos en vez de juzgarles: » Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios tambien os perdonó a vosotros en Cristo.» Efe. 4:32
Acerca de la autora: Anyeline es la madre de uno, amante de Jesus, y disfruta una buena taza de cafe. Es originalmente de la Republica Dominicana, pero ahora es una orgullosa ciudadana Americana. Si visitan nuestra iglesia, la encontraran enseñando nuestra clase de jovenes adultas o ayudando en el misnisterio de niños. Ella siempre tiene una sonrisa y un saludo calido para amigos y extraños tambien.